Tuvimos la satisfacción de ser contratados, gracias a buenas referencias de nuestros trabajos, por un paraguayo residente en USA por más de 30 años, propietario de un establecimiento en el bajo chaco donde pudimos percibir la cultura de calidad de su dueño.

 

La misión constó de dos partes, la primera; instalar un inversor solar de 5000 watts con su correspondiente string de paneles y banco de baterías en convivencia con un generador diésel de 20 kva y el ordenamiento eléctrico general de todas las dependencias. La segunda, montar una torre de comunicación de 20 mtrs. para la instalación de un amplificador celular que brinde una mejor calidad de señal para que los funcionarios puedan estar en comunicación constante con su jefe.

 

Dimos un ordenamiento nuevo a lo que ya estaba instalado, independizamos líneas de alimentación de las viviendas, bombas de agua, generador, inversor, y otros. Y probamos la amplificación de señal celular Personal mediante uno de nuestro equipo que no paró de chatear con su novia (mas que suficiente prueba de funcionamiento).

 

Los objetivos del trabajo fueron cumplidos de manera muy satisfactoria, trabajando en conjunto con el propietario quien colocó su sello en todo, colaborando desde el primer minuto con nosotros e involucrándose en la toma de decisiones.

 

Fue una experiencia e intercambio muy enriquecedor ya que hemos escuchado mucho de su experiencia laboral en esa estancia y fuera del país.

 

Como siempre las anécdotas están presentes y esta vez no fue la excepción!.

 

La lluvia nos dejó varados debido al cierre temporal de la ruta Ñ y nuestro viaje se alargó un poco más. En ese tiempo nos pusimos mas que detallistas con nuestras instalaciones y habremos tomado 542 termos de mate (el frío se manifestó de manera importante).

 

Cuando se nos comunica la apertura para vehículos livianos de la ruta (agradecemos a “Pelé”, jefe del peaje en el km 65 de la ñ), eran las 06:30 de la mañana....... a las 7:30 ya estábamos enterrados en un canal lleno de agua! Jajajaja, notable! .

 

Pudimos salir gracias a un vecino (gran vaqueano) que se apiadó de nosotros.

 

Muy embarrados y mojados nos volvemos a cruzar con nuestro contratante que nos dice “llévenlo rápido a aquel que su novia no lo espera” y mira al copiloto miembro de nuestro equipo (cuya identidad preferimos no revelar por su seguridad).

 

Felices y con la misión cumplida volvimos a nuestras casas, agradecidos por el aprendizaje y la confianza puesta en la calidad de nuestro trabajo.

 

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